Intensidad, límite y medio

Intensidad, límite y medio

Fotografía de Mauro Mortella.

"Variaciones de la carne" es el resultado de un encuentro entre Martín Inthamoussú y Gonzalo Correa quienes en la obra propusieron un cruce entre la danza contemporánea y la psicología social. El resultado incluye reflexiones acerca del consumo masivo de carne, la matanza animal e incluso de los propios cuerpos como modos de producción. Gonzalo Decuadro pone el cuerpo en la obra y reflexiona sobre el desafío en la siguiente entrevista con Gabriel Sosa.



 

¿Cómo es trabajar con Martín?

Es toda una experiencia, porque ser dirigido por alguien que admiras es enriquecedor. A Martín le tengo mucho aprecio y lo admiro porque es una persona que en nuestro país luchó por la danza, porque los bailarines bailen y el público se acerque a ver algo diferente. Entonces, es satisfactorio. Estoy agradecido porque me ha dado muchas oportunidades como intérprete y confió mucho. Uno aprende todos los días de su director y obviamente hay días que uno se enoja pero hay que entenderlos, porque no es fácil su lugar de director creador. Por eso la relación del director bailarín tiene que ser con mucha confianza y paciencia entre ambos, mutua.

Palabras claves que definan la obra. 

Cuerpo físico, limites, carne, consumo, dosificación, exposición como una de las variaciones también y domesticación.

¿Cómo viviste el proceso de variaciones de la carne como rol protagónico? 

Fue un proceso muy intenso, lo viví con una responsabilidad muy grande porque ser el protagonista me coloco en un lugar de exposición y de responsabilidad frente al trabajo muy importante. Lo viví de una forma intensa y desafiante. Creo que fue la obra que más difícil, compleja y desafiante en mi carrera. Es una obra que uno tuvo que volcar tantas cosas que hay que vivirla con respeto y paciencia. A veces las cosas no son tan fáciles de crear o exponer, entonces hay que vivirlo de forma tranquila, respetuosa y atenta a lo que el director quiera.

¿Qué escena te dificulto más en representar? ¿Sentiste que llevaste tu cuerpo a un cien por ciento?

Sin dudas fue la penúltima escena, que fue la variación de la exposición. Ese solo final donde mis compañeros me dejan en el escenario. Mi cuerpo es exhibido para luego ser consumido. Cuando Martín me planteo esa escena realmente como bailarín debía darlo todo, llegar al límite de mis movimientos, movimientos virtuosos. Una escena que el público debería comprar por lo que está viendo. Trabajamos mucho esa escena ¿Qué quiere ver el público del bailarín? Y surgió eso que casi siempre quiere ver sus dotes o sus virtuosismos físicos entonces fue como jugar con eso, desafiar mis límites, el estiramiento, mostrar una pierna arriba que es lo que a veces el público toma como válido. Fue un solo que duraba bastantes minutos, cuatro minutos de tres procesos.

Mi personaje empezaba dándolo todo, seguro de sí mismo, luego veía que no era consumido lo que hacía y volvía  a repetir el material de una forma más rápida y súper veloz, con la dinámica al extremo, al cien. Como ve que eso tampoco seducía al público, comienza a tener fallas a caer y cada paso que propone falla, su cuerpo se deteriora y sufre muchas caídas, se levanta y cae. Ese solo fue muy fuerte. Yo en los ensayos lo hacía en un sesenta por ciento y me cansaba muchísimo y en las últimas tres o dos semanas comencé a hacerlo al cien como iba a ser. Yo ensayaba en la mañana y me tenía que acostar todo el día, el cuerpo me quedaba fundido. Toda la obra tenía mi cuerpo a cuestas, debía tomarme el día. El cuerpo me pedía parar. Lo escuchaba pero estábamos en etapas finales y había que seguir. Fue de verdad muy difícil para mí encarar una vida fuera de ¨Variaciones de la Carne¨. Conocí mis límites y el cuerpo me puso en stop, tenía que estar guardadito en una caja de cristal para llegar entero a la función.

¿Cómo fue el recibimiento del público hacia tu cuerpo como figura principal?

Hubo varias opiniones. Lo que despertó en el público mi personaje fue las ganas de protegerme y cuidarme de lo que estaba pasando, querer sacar a mi cuerpo de lo que estaba viviendo eso fue lo que más recibí. Yo creo que la obra pasa por diferentes actos violentos hacia ese ser que es mi personaje, que tiene un paralelismo con lo que sucede con el animal en sus procesos antes de ser consumido. La obra busca que el público saque un poco la mirada y diga "basta hasta acá". Juega un poco con eso. Pero creo que recibí buenas críticas, la mayoría me decían no te puedo decir que es una obra linda. Pero tuve muchas críticas positivas, feedbacks que me sirvieron y fueron importantes para mí como intérprete. Las felicitaciones iban por el trabajo y lo bueno que había sido la construcción de esta obra entre intérpretes, música y dramaturgia. Fue difícil de digerir la obra, muchos me escriben al otro día y recién ahí les bajaba la información. Fueron buenas críticas, pero bueno, veremos que sigue pasando más adelante.

¿Cómo vivías esa resistencia psicofísica en escenas tan fuertes e intensas?

 

En variaciones se charló mucho el proceso de lo que iba a suceder, porque nada está puesto porque sí y de verdad fue que la construimos de a poco. Las variaciones se iban modificando en el proceso de acuerdo a lo que se iba viviendo pero si lo viví como algo muy fuerte. Es una obra que nunca imaginé que iba a llenar tanto eso de exponer mi cuerpo al límite pero lo viví con mucha intensidad y miedo porque uno en la búsqueda no conoce lo que va a venir. El cuerpo y la mente tienen miedo de llegar a lugares desconocidos y lastimarte o de no lograr determinadas cosas. Pero de verdad fue un desafío. Por momentos fácil y otros muy difícil. 

 

Hicimos muchos trabajos de grupo, de respiración, de conceptos y de verdad recibí esta resistencia psicofísica. Por suerte tengo un grupo de compañeros que quiero mucho, que nos cuidamos y respetamos entre sí porque trabajamos mucho con el cuerpo. Entonces tenemos mucho cuidado con eso que hacemos, y en base a ese cuidado se va construyendo la ficción. Pero de verdad fue muy difícil.

¿Qué aprendizaje te dio esta obra? 

Muchos personales y otros a nivel profesional. Profesionales creo que podría decir que me enseñó mucho a tener respeto a los procesos como te decía antes, a poder tener una preparación física muy importante antes de ensayar o antes de una obra, mantener una buena alimentación y un buen descanso. Tuvo mucho aprendizaje a nivel personal la temática de la obra respecto a cómo somos consumidos en el medio, tanto sea artísticamente o en la vida cotidiana. Me dio ese aprendizaje de ¿qué es darlo todo? que es una palabra que está muy de moda ¿y por qué uno lo da todo? Qué es lo que busca cuando uno lo da todo. Son preguntas que quedaron en mi cabeza, de alguna forma son un aprendizaje. Haber vivido esta obra en carne propia, así que personalmente me dejó mucho. Profesionalmente también, porque es una obra que a uno artísticamente lo coloca en un lugar bastante diferente porque no es algo convencional. No es salir al escenario y bailar sino que es un acto más performático, llegar a un estado, desafiar tus límites, jugar con tu vida porque cuando uno está en la escena interpreta pero en el caso de ¨Variaciones de la Carne¨ juega con una transparencia absoluta. Los intérpretes están dando todo de sí mismos, más allá del personaje que tengamos. Se juega con un tema físico y psicológico.

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