El ruido de la soledad

El ruido de la soledad

Escrita por Agustina Tubino.

Fotografía de Alejandro Persichetti.

La noche y el silencio en plena ciudad. El pasado que se hace presente en cada nuevo pensamiento. Viejos sueños que se esfuman junto con la sobriedad.  "Y aquella historia era cierta" es una suerte de homenaje a la belleza que se esconde en la frustración de aceptar al fracaso. 

 

 

 

Hughes (interpretado por Ignacio Estévez) está cansado. Cansado pero conforme. ¿Acaso todos no hemos experimentado alguna vez esa conformidad producto del cansancio? Se encuentra trabajando, sumido en sus pensamientos, cuando aparece Erie (interpretado por Robert Moré). Su llegada representa una puerta ambigua, abierta tanto a la posibilidad de romper con su rutina e iniciar una amistad, como a la de continuar con una abstracción instalada en sí mismo. El destino de su noche depende de esta elección. 

Gustavo Bianchi logra con su adaptación de "Hughie" y otras obras de Eugene O'Neill, retratar a dos personaje típicos de Estados Unidos de la década de los años 20. Por un lado, el "hombre de la noche", triunfador tanto en el ámbito económico como en el social, que encuentra el disfrute en el alcohol, las mujeres y el juego. Por otro, el padre de una clásica familia de clase media con su trabajo estable y una "vida tranquila". 

La sala es oscura, sobria y pequeña. El espacio reducido, sumado a la excelente interpretación de ambos actores, genera un ambiente de intimidad que favorece al espectador, introduciéndolo en la atmósfera. El juego de luces nos transporta, guiándonos en la historia de ambos personajes, en un "ida y vuelta" constante entre las ideas de los mismos. Cada uno es un mundo, con sus propios pasados y presentes, y por lo tanto, con diferentes intrigas e incertidumbres respecto a la vida y al futuro. 

Al verlos comenzar a interactuar, surgen ciertas incógnitas. ¿Qué pueden tener en común estos dos individuos? ¿Qué intereses los unirán? ¿Tendrán algo para compartir? He aquí uno de los factores claves de esta historia: el encuentro con otro, que, sea como sea, siempre presenta alguna oportunidad. 

La historia se desarrolla en el vestíbulo de un viejo hotel de Nueva York, en el que Erie se ha hospedado durante años. Al llegar al mismo, luego de una noche poco exitosa, se encontrará frente a la presencia de un nuevo conserje: Hughes. 

Entre tragos que parecen buscar el olvido, Erie se dedicará a recordar a Hughie, el antiguo recepcionista del hotel, quien ha fallecido recientemente. Al escucharlo comprenderemos que esta muerte simboliza un tiempo de esplendor que queda atrás. Desde las mejores épocas de ese lúgubre hotel, hasta los sueños de su propia juventud. La vida es ahora un lugar diferente. 

Erie relata y Hughes escucha. Uno es euforia y el otro calma. Sin embargo, ambos resultan significativos para la historia, creando un equilibrio entre el silencio y el ruido. Erie nos enseña que las palabras no siempre bastan y expresan lo que se quiere decir. Hughes nos recuerda que el silencio a veces habla. 

La noche transcurrirá entre anécdotas (quién sabe si realmente ciertas) que abarcan desde romances y apuestas, a la familia, las amistades, e incluso el dolor. ¿Qué implica la vida para aquellos que se atreven a soñar? ¿Y para los que se dedican a pensar mucho? Quizás, al escucharlos, obtengamos alguna respuesta. 

Pero, ¿lograrán comunicarse o continuarán enfrascados en sí mismos? Esta no es solo una narración sobre hombres cuyas ilusiones les resultan ajenas, también es una invitación a reflexionar sobre la comunicación. De nada sirve una conversación sin genuina interacción. 

La misma puede verse todos los sábados a las 21:00 hrs y los domingos a las 19:30 hrs en el Teatro Circular. 

 

Ficha Técnica:

Actores:

Ignacio Estévez

Robert Moré

Diseño de escenografía:

Hugo Millán

Daniela Lopez

Realización de escenografía: Joaquín Bolioli

Diseño de vestuario: Verónica Lagomarsino

Realización de vestuario: Nilda Rodriguez

Iluminación: Rosina Daguerre 

Fotografía y diseño: Alejandro Persichetti

Traspunte: Vivian Lettier

Selección musical: Inés Ognjenovich

Mezcla de sonido: Sebastián Martinelli

Operador de sonido: Denis Segovia 

Operador de luces: 

Manuel Castro

Pablo Caballero

Versión y Dirección: Gustavo Bianchi

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